miércoles, 19 de marzo de 2014

Alegría,

Principio de la Alegría
La alegría es el estado de regocijo interior que nos hace sentir vivos y equilibrados; es una excitación que produce placer y felicidad y es un sentimiento grato que nos obliga a ver el lado risueño y gracioso de las cosas. Es una emoción expansiva que se necesita expresar y compartir con los demás.
La alegría se contagia y le devuelve a la gente el entusiasmo y las ganas de vivir, pero todavía hay tan pocos referentes que logran desplazar a los que nada esperan y que solo se quejan, que sigue venciendo la mala onda de la gente que vive aferrada al instinto de muerte.
Son demasiadas las cosas que hacen que la mayoría esté de mal humor, pero desde que el mundo existe han habido calamidades, principalmente por la conducta de los seres humanos; sin embargo también el hombre tiene la capacidad para estar alegres aún cuando sus circunstancias no sean las mejores; porque la alegría es una actitud, una predisposición a aceptar la realidad como es y entregarse a ella sin ponerse a la defensiva y necesariamente intentar cambiarla.
Profesionales dedicados al estudio de la salud emocional se reunieron en Helsinki (Finlandia) y en Buenos Aires, para debatir este tema en función a sus investigaciones, y llegaron a la conclusión de que cuanta más alegría se gasta más rápidamente aumenta el caudal de buenas ondas que repercute en los demás.
Este fenómeno se produce aún en contextos muy diferentes con condiciones culturales y económicas muy disímiles.
Estos resultados fueron sorprendentes porque cada equipo de trabajo investigó por su cuenta sin conocer el trabajo que hacía el otro.
Es importante distinguir entre la falsa alegría, que es la grotesca y del mal gusto, y la genuina, que es la espontánea, que es la que surge desde adentro con el solo propósito del buen vivir.
La alegría es como un puente fácil de atravesar, porque hasta el que se encuentra más deprimido puede cruzarlo y contagiarse y decidir en un solo instante cambiar su estado de ánimo y elegir ser una persona alegre para siempre.
La alegría libera para hacer cualquier cosa, nos permite volar con la imaginación e inventar cosas nuevas, atrae a la gente, abre puertas, disuelve rencores y resentimientos, permite olvidar las penas y minimizar las adversidades.

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