Está demostrado que la repetición mecánica no conduce a una actitud de
permanente superación de los aprendizajes, sino al aburrimiento y a la fijación
de hábitos irreversibles. Por otra parte, no tendría sentido utilizar una
amplia gama de movimientos sin una organización y correlación entre ellos, sin
una progresión adecuada. En realidad, estos dos aspectos conforman entre sí los
polos de
una misma ecuación en el proceso enseñanza-aprendizaje y no pueden
separarse ni aislarse. Sobre la adquisición de los aprendizajes más elementales
y de los movimientos más simples y conocidos, los cuales son ejes iniciales,
deben irse estructurando esquemas de aprendizaje de creciente complejidad y
amplitud que pongan en juego las capacidades de resolución inteligente por
parte de los alumnos, con base en una búsqueda rica y personal y en una
elaboración interior; esta forma de trabajo permite el juego de las capacidades
intelectuales y el desarrollo de posibilidades de resolver de manera intencional
y adecuada los problemas de movimiento que se plantean, poniendo en juego la
personalidad del alumno.
La enseñanza que simples: carreras, saltos, lanzamientos, pero
modificando y variando la utilización de distintos elementos de trabajo {pelotas,
cuerdas, bastones, etc.), en las situaciones en que se aplican, y en las combinaciones
propuestas, tomando siempre los elementos esenciales por mejorar, para
inmediatamente integrarlos en una síntesis superior.
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